Hace más de cinco siglos, la expedición que emprendiera Fernando de Magallanes para llegar a la Isla de las Especias se convirtió, capitaneada por Juan Sebastián Elcano, en la mayor gesta marítima de la historia: la primera vuelta al mundo. Las descripciones y los especímenes que trajeron a su regreso a Sevilla descubrieron un asombroso catálogo de animales y plantas nunca vistos en Europa: murciélagos “del tamaño de águilas”, loros multicolores, peces voladores, guanacos, e incluso las míticas aves del paraíso que parecían carecer de huesos y vivir flotando en el aire.
Hoy, en pleno aniversario de aquel hito, Bioparc Fuengirola invita a sus visitantes a revivir ese espíritu de descubrimiento. Pasear por sus selvas tropicales recreadas es como embarcarse en un viaje que conecta directamente con los territorios que exploraron los navegantes españoles hace más de 500 años.
Con esta iniciativa que conmemora el aniversario de la primera circunnavegación el parque de animales malagueño suma su voz a la celebración de una hazaña que no solo demostró que la Tierra era redonda y transformó la visión geográfica del mundo, sino también cambió para siempre la forma en que la humanidad se relacionaba con la naturaleza.
Un viaje en el tiempo a través de la fauna tropical
La expedición alcanzó Filipinas, Borneo o las Islas Molucas, entre otras, donde Pigafetta describió especies que asombraron a toda Europa. También bordeó las majestuosas y espesas selvas sudamericanas. En esos mismos territorios habitan hoy muchas de las especies que Bioparc Fuengirola protege en el marco de programas internacionales de conservación. Y que, al igual que las descritas en los textos del cronista italiano, podrían haber sido contempladas por estos valientes expedicionarios que marcaron un antes y un después en la concepción del mundo.
Entre ellas destacan:
- El orangután de Borneo (Pongo pygmaeus), un primate icónico del que solo quedan poco más de 100.000 individuos en los bosques de Borneo. En el parque de animales malagueño comparte hábitat con el gibón de mejillas doradas o el binturong, todos ellos originarios de las selvas asiáticas exploradas por los expedicionarios de la primera vuelta al mundo.
- Tapir malayo (Tapirus indicus), una joya zoológica de la península de Malaca. Es una especie tan rara que en España solo puede admirarse en Bioparc Fuengirola. Su reciente cría, nacida en 2025, supone un hito en la conservación de la especie.
- Faisán de Edwards (Lophura edwardsi), un ave que simboliza la belleza de las selvas del sudeste asiático, evocando aquellas coloridas especies de aves descritas en las crónicas del viaje. Extinto en libertad, este año más de 40 centros de la EAZA, entre los que participa Bioparc Fuengirola, han iniciado un proyecto de reintroducción en su hábitat de origen: Vietnam. ¿El objetivo? Volver a crear poblaciones de esta emblemática ave.
- Tigre de Sumatra (Panthera tigris sumatrae), cuya conservación apoya la Fundación Bioparc sobre el terreno en Indonesia, prolongando el legado explorador hacia un compromiso real con el futuro de la biodiversidad. Con poco más de 400 ejemplares en libertad, es uno de los felinos más amenazados del planeta.
- Nutria gigante sudamericana (Pteronura brasiliensis), icónica de ríos amazónicos, es la mayor nutria del mundo. Sus colonias son temidas y respetadas por predadores como caimanes y jaguares dada su conexión familiar, su fuerza y su coraje.
- Arapaima (Arapaima gigas), el pez más grande de los ríos de centro y Sudamérica.
- Titís o monos pequeños comunes en selvas centroamericanas y amazónicas, reflejo de fauna observada desde las costas y ríos.
Si los navegantes del siglo XVI se adentraron en lo desconocido para descubrir nuevos mundos, el visitante de Bioparc Fuengirola puede vivir hoy una experiencia similar, pero sin abandonar Andalucía.
El recorrido por el parque conduce a través de hábitats de Centro y Sudamérica, Indo-Pacífico, Sudeste asiático, África ecuatorial y Madagascar donde la vegetación, el agua y la arquitectura reproducen con realismo los paisajes que maravillaron a todos aquellos expedicionarios que con sus travesías hicieron que los siglos XV al XVII sean considerados como “la era de los descubrimientos”. Cada paso por el recorrido del parque permite descubrir especies sorprendentes, recreando la sensación de exploración y asombro que inspiró la primera circunnavegación. La diferencia es que, cinco siglos después, ese asombro se transforma en conciencia: proteger la naturaleza y conservar estas especies es la verdadera gesta contemporánea.
Más allá de la evocación histórica, Bioparc Fuengirola recuerda que muchas de las especies que sorprendieron a los navegantes del siglo XVI están hoy en grave peligro. Con su participación en programas internacionales de conservación y su compromiso con un ocio sostenible, el parque refuerza su papel como referente cultural y turístico en Andalucía, convirtiéndose en puerto de partida hacia un viaje inolvidable alrededor del planeta.
Bioparc Fuengirola quiere sumarse a la conmemoración de la primera vuelta al mundo recordando que la curiosidad, la exploración y el respeto por la vida son valores que nos acompañan desde entonces. Así como Magallanes y Elcano abrieron nuevas rutas, hoy la misión es abrir caminos hacia un futuro sostenible para la fauna más amenazada del planeta.