21 octubre 2025

Nuevos corales llegan a Bioparc Fuengirola para impulsar la conservación de los ecosistemas marinos

Estos ejemplares pasarán a formar parte de la zona de acuarios de agua salada, donde el parque recrea con rigor científico y sensibilidad estética la belleza de los arrecifes de coral marino.

Bioparc Fuengirola ha incorporado nuevos corales vivos procedentes de Bioparc Acuario de Gijón, en una operación desarrollada bajo estrictos controles de CITES y la EAZA (Asociación Europea de Zoos y Acuarios). Estos ejemplares pasarán a formar parte de la zona de acuarios de agua salada, donde el parque recrea con rigor científico y sensibilidad estética la belleza de los arrecifes de coral marino.

Este traslado tiene como objetivo favorecer el regeneramiento de corales y enriquecer el ecosistema de la instalación, en la que los visitantes pueden descubrir la asombrosa vida que se esconde bajo la superficie del mar. Aunque muchas personas lo desconocen, los corales no son plantas ni rocas, sino animales. Están formados por diminutos organismos llamados pólipos, que viven agrupados en colonias y construyen sus esqueletos de carbonato cálcico, dando lugar a las espectaculares estructuras que conocemos como arrecifes.

“Más de una veintena de especies diferentes de corales han llegado para formar parte de nuestro ecosistema marino. Se suman, entre otros, los acroporas, auténticos arquitectos de los arrecifes, hasta los corales blandos como xenias y zoanthus, que dan color y movimiento al ecosistema. Cada especie cumple un papel clave en la salud del arrecife, creando refugio para peces y filtrando nutrientes. Su conservación nos permite estudiar y proteger la biodiversidad marina de forma directa”, destaca Eduardo Aras, responsable del equipo de Acuariología de BIOPARC Fuengirola.

Los corales son auténticos ingenieros del océano

Estos seres vivos crean hábitats donde prosperan miles de especies de peces e invertebrados, y actúan como barreras naturales que protegen las costas de la erosión. Sin embargo, su delicado equilibrio se ve amenazado por el calentamiento global, la acidificación de los océanos y la contaminación. Por ello, su cuidado y reproducción controlada en centros especializados resulta esencial para garantizar su supervivencia.

Una de las curiosidades más fascinantes sobre estos animales es que, a pesar de su aparente inmovilidad, se alimentan activamente: durante la noche extienden sus diminutos tentáculos para capturar plancton y otras partículas que flotan en el agua. Además, muchos corales mantienen una relación simbiótica con microalgas llamadas zooxantelas, que les aportan energía mediante la fotosíntesis y les otorgan sus intensos colores.

La nueva ampliación de Bioparc Fuengirola ha permitido al parque malagueño convertirse en un pequeño banco de corales, donde aprender lo que necesitan para sobrevivir y contribuir, en el futuro, a la regeneración de arrecifes dañados en los océanos. “Lo más importante sigue siendo la conservación del hábitat natural: por mucho que reproduzcamos corales en nuestras instalaciones, si los mares continúan sufriendo subidas de temperatura, contaminación u otras amenazas, estos organismos también desaparecerían. Por eso, nuestra labor combina la reproducción con la promoción de la sostenibilidad y la protección de los ecosistemas marinos, enseñando a la sociedad la importancia de conservar los arrecifes y la biodiversidad que sustentan”.

Con esta incorporación, Bioparc Fuengirola refuerza su compromiso con la educación ambiental y la divulgación de los ecosistemas acuáticos, ofreciendo al público la oportunidad de comprender el valor y la fragilidad de estos organismos fundamentales para la salud del planeta.

 

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