Bioparc Fuengirola celebra un nuevo hito en la historia de su grupo de tapires malayos (Tapirus indicus): la familia al completo ya convive de forma estable en el espacio exterior del parque. Este importante paso ha sido posible gracias a un minucioso trabajo del equipo técnico de Zoología y Veterinaria, que durante semanas ha seguido un protocolo progresivo, respetando el comportamiento natural de esta especie solitaria, propia de las selvas del sudeste asiático.
La cría de tapir malayo nacida el pasado mes de marzo ha pasado sus primeros meses de vida junto a su madre Rawa, quien ha demostrado ser una madre ejemplar. Durante este tiempo, el vínculo materno-filial se ha fortalecido, y la pequeña ha crecido sana, adaptándose con normalidad a los estímulos del entorno y demostrando curiosidad, energía y buen desarrollo.
Durante todo este periodo, el padre, Mekong, se ha mantenido separado por seguridad. En la naturaleza, los tapires son animales solitarios y, en momentos como el parto o la crianza temprana, las hembras tienden a alejarse del macho. Por ello, desde el nacimiento, las salidas al exterior se alternaban cuidadosamente, asegurando el bienestar de todos y evitando situaciones de tensión o estrés.
“Estos primeros encuentros han sido más sencillos porque durante todos estos meses atrás, la familia nunca ha perdido el contacto real. La valla temporal que ha permitido dividir en dos el recinto exterior, nos ha garantizado la seguridad de madre y cría para que pudieran explorar el entorno, al mismo tiempo que Mekong estaba al otro lado de la ría. Esta presencia ha facilitado esta posterior unión. Una adaptación progresiva”, ha explicado Javier Vicent, responsable de Zoología de BIOPARC Fuengirola.
En las últimas semanas, el equipo técnico ha iniciado el proceso de reencuentro. Primero, con acercamientos controlados entre los adultos, observando las reacciones de ambos. La respuesta fue positiva, lo que permitió avanzar en la siguiente fase: el encuentro de los tres individuos. Aunque al principio Rawa mostró cierta desconfianza, Mekong supo recuperar su confianza y, finalmente, conocer a su cría.
Desde el primer contacto, la pequeña ha mostrado gran interés por su padre y la relación entre los tres ha evolucionado de forma muy positiva. Hoy, podemos decir con orgullo que la familia está unida y convive con total normalidad en el espacio exterior, a la vista del público. “Tari y su padre se han mostrado muy curiosos el uno con el otro. Esta buena relación también se ha reflejado en Rawa, quien ha demostrado confianza en esta relación: se bañaba sola, los dejaba olfatearse y comer juntos, etc. Una muy buena señal”.
El tapir malayo es una especie en peligro de extinción, según la Lista Roja de la UICN, con una población estimada de menos de 2.500 individuos maduros en su hábitat natural, localizado en las selvas tropicales del sudeste asiático. La pérdida acelerada de su entorno por la deforestación, la caza y la fragmentación del hábitat son las principales amenazas que enfrenta.
Desde hace más de una década, Bioparc Fuengirola trabaja activamente en su conservación, tanto a través de programas internacionales de reproducción ex situ como con acciones de sensibilización del público. El nacimiento de esta cría representa un hito único en nuestro país, ya que se trata del único ejemplar nacido en España y Bioparc Fuengirola es el único centro que alberga y protege esta especie en todo el territorio nacional.