El pico en forma de daga de esta ave puede parecer desproporcionado en comparación con el tamaño de su cuerpo, pero está perfectamente pensado para pescar. Se sumerge en los manglares para dar caza a los peces aprovechando la forma de su pico. Sus cortas patas de fuertes dedos le permiten pasar largas horas sobre las ramas cerca del agua hasta que, con su aguda vista, localiza alguna presa. En este momento, se lanza en picado al agua para atrapar al pez, ayudándose de su fuerte pico y lo lleva hasta su posadero para engullirlo. Anidan en los profundos túneles que cavan en los taludes arenosos de la orilla.