Los machos presentan largas plumas en las alas, algunas de ellas adornadas por un complejo patrón de ocelos. Las plumas secundarias del ala, que en otras aves son de gran importancia para el vuelo, en el argos real juegan un papel muy importante durante el cortejo. Las hembras, mucho más discretas que los machos y de menor tamaño, presentan un plumaje más corto y oscuro, carente de ocelos. Ambos sexos poseen una fina piel de color azul claro en la cara.

Son aves con hábitos solitarios la mayor parte del año, a excepción de en la época de cría, en la que las hembras visitan el territorio del macho para reproducirse. Estos últimos son muy territoriales y mantienen la zona destinada al cortejo limpia de hojas, piedras y palos. Tras el apareamiento, la hembra depositará dos huevos que incubará durante 24-26 días. Lo hará en solitario, ya que el macho no participa en la formación del nido, incubación o cría de los polluelos.