De color blanco, con alas grises y cabeza negra, lo que más llama la atención es su carúncula de color amarillo. No hay grandes diferencias entre machos y hembras. Los juveniles tienen los colores más apagados y la carúncula es de menor tamaño.

Para alimentarse, forrajean la hierba corta, patean la arena o barro para que los pequeños invertebrados salgan a la superficie. Se alimentan principalmente por la noche.
Si la laguna próxima a su nido se seca, se trasladan a otra más cercana. Son aves monógamas, y leales a su lugar de reproducción. Construyen el nido en depresiones del terreno, sobre la hierba baja o cerca del agua; y a veces utilizan pequeñas ramas o piedras para delimitarlo. Los polluelos nacen con un plumaje de color pardo, pequeñas motas de color grisáceo o marrón, por lo que al estar agazapados en el suelo, se les puede confundir con una piedra. Si algún depredador se aproxima al nido, uno de los adultos emite fuertes graznidos para alejarlo de los huevos.