Las largas patas del alcaraván de El Cabo le sirven para desplazarse por el suelo cubierto de herbáceas y matorrales. Es un ave que prefiere caminar a volar y, en contadas ocasiones, realiza vuelos largos. Cuando esto ocurre, suele ser en busca de agua.
Posee un pico corto, de color marrón amarillento y cabeza en forma de flecha. Hembras y machos tienen un aspecto similar, incluso los juveniles se parecen a los adultos, excepto porque tienen pecas grises en las alas y otras regiones del cuerpo. Los colores marrones y blancos del plumaje sirven de camuflaje.
Ante algún peligro se agacha en el suelo y se queda inmóvil, pasando desapercibido.
Sus grandes ojos amarillos están adaptados a sus hábitos crepusculares: durante el día se muestran tranquilos, mientras que a medida que la luz cae se vuelven más activos y ruidosos. Aunque la agresividad no es un rasgo dominante en estas aves, los machos se vuelven agresivos y territoriales cuando protegen a los juveniles.
En la época reproductiva tiene lugar un cortejo nupcial que se compone de diversos movimientos y arqueos del cuerpo, junto con un choque de picos. Construyen nidos en el suelo usando ramas secas y pequeñas piedras, en los que ponen entre 1 y 3 huevos. La pareja se turna para incubarlos, aunque es la madre la que dedica más horas a esta tarea. Los polluelos volarán a las 7-8 semanas.